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¿Qué es una fintech?

marzo 26, 2022

El ecosistema emprendedor se podría caracterizar por ser siempre cambiante en una búsqueda insaciable por la innovación. En este marco nacen las fintech: de la unión de las finanzas y la tecnología. Fundamentalmente se dice que son fintech las startups que funcionan usando estas herramientas y que así logran competir con éxito en el mercado del que forman parte.

Dicho esto, la única recomendación sensata que te diremos es que no te quedes fuera de esto. Ya que, según se estima, en 10 años las fintech tendrán la tercera parte de las ganancias de las instituciones financieras tradicionales.

Claramente hay gente que no deja de buscar innovaciones en sus negocios  y debido a esto se estima que México es ya el primer lugar en Latinoamérica en emprendimientos fintech y la cifra sigue creciendo y creciendo.

Gracias a las nuevas tecnologías, las antiguas dificultades que tienen los negocios tradicionales se vuelven cuestiones solucionables en las fintech. Mover dinero de un punto A a un punto B es muy fácil por medio de la tecnología, digitalizar muchos procesos que años atrás tardaban tiempo y para los cuales era necesaria la presencia física de las partes involucradas es una de las grandes ventajas que ofrecen las fintech.

De hecho, ésta es la carta de presentación fuerte de las fintech: la digitalización de los procesos. Pero debido a esto mismo, muchos inversionistas no se sienten del todo cómodos invirtiendo su dinero en estos negocios. Y a pesar de que en 2017 muchas fintech mexicanas reprobaron su evaluación según Condusef, actualmente ya hay medidas que regulan sus operaciones para evitar abusos al cliente.

En el tema de la regulación hay opiniones encontradas, para Eduardo Morelos, director del programa de Startupbootcamp México, esto es positivo ya que da certezas a los usuarios. Sin embargo, para otros como Andrés Fontao, cofundador de Finnovista, es preocupante que se regule desde una óptica tradicional ya que puede generar una barrera que impida el crecimiento natural de las fintech.

Para emprender una fintech se requieren dos cosas: la detección de uno o varios procesos que puedan automatizarse y la visión de negocio con talento desarrollador. A esto hay que sumarle un profundo conocimiento del mercado en el que se desarrollará la startup, esto debido a que sólo mediante un conocimiento integral de sus circunstancias se podrá concebir una idea de negocio que genere ingresos mientras se soluciona algún problema de los sistemas bancarios tradicionales.

Como en toda startup, conseguir capital es difícil. Antes de las regulaciones actuales, muchos inversionistas no se sentían cómodos invirtiendo en estas empresas. Ahora, con las regulaciones pertinentes, se establecen normas para que no haya riesgo ni para inversor ni cliente al usar los servicios que ofrecen estos negocios digitales. Se garantiza así una relación ganar-ganar para todos los involucrados.

Dinero llama dinero, y en este caso no es distinto. El crecimiento de las fintech generará un mayor flujo de capital el cual, gracias a las regulaciones adecuadas, favorecerá el crecimiento de un ecosistema de negocios plenamente digital que dará lugar a más fintech y más dinero para todos. Sin embargo, para muchas personas es difícil confiar en un negocio completamente en línea. La transición de los sistemas tradicionales a los digitales será paulatina.

Hay que entender que las fintech llegaron para quedarse. Esto no es una simple moda empresarial que surgió con el crecimiento de las redes, sino que es un cambio decisivo en la forma en la que se hacen negocios. La llegada de estas empresas es el camino que muchas, y probablemente todas, las instituciones financieras tomarán en un futuro que ya llegó.